Exposiciones

-Texturas.

-Retazos de Kamakura y Tokio.

-Envejecimiento activo.

-24horas en la vida de una mujer en India.


Texturas:


Es poderosa la imagen, la realista y la más abstracta. Esta es una de las grandes posibilidades que ofrece la fotografía: reflejar fielmente la realidad, lo que ocurre en algunas ocasiones, o bien crear otros mundos haciendo aflorar a la superficie fragmentos de la escena que habían pasado desapercibidos en un primer momento.
En el trabajo de esta exposición he buscado la armonía existente en materiales envejecidos y carentes, al menos de antemano, de todo interés para el observador: hierros oxidados de múltiples formas, maderas ajadas por el paso del tiempo, rincones desvencijados. Todos ellos, gracias a la perspectiva o bien al color, y siempre a la luz, se transforman en nuevas realidades en las que no importa ya la textura o adivinar qué son o dónde está tomada la imagen, sino que adquieren una identidad nueva, plena, abandonando su pasado para no ser ya nunca más lo que fueron.
No existen retoques digitales en las imágenes porque la realidad es desbordante y sólo nos pide un poco de paciencia antes de disparar la cámara. Es la propia naturaleza la que regala su luz y sus sombras, su color y su brillo, tal como son.


El trabajo ha sido realizado durante tres años en diferentes localizaciones de España, Canadá, Italia, Hong Kong y Taiwán. He intentado obviar elementos que posicionaran al observador en uno u otro lugar, porque mi propósito es intentar transmitir que la materia es la misma y que el paso del tiempo es capaz de dejar su poso y su belleza en cualquier rincón.

























































Retazos de Kamakura y Tokio



Cuando miro con cuidado 
¡veo florecer la nazuna 
junto al seto!
Matsuo Bashô (1644-1694)




Este Haiku o poema japonés de tres versos, probablemente describe el corazón de esta exposición. Cuando emprendí el viaje a Tokio y Kamakura intuía lo apasionante que debían ser estas ciudades y el enorme atractivo que iban a tener para mi cámara. Tras las primeras impresiones, el gentío, la enormidad y los neones se convirtieron en el foco inevitable de atención. Pero paulatinamente fueron sustituidos por el sosiego, la meditación y las miradas cómplices de los japoneses.




Pronto, el segundo día, ya no veía el seto, solo la nazuna floreciendo y no importaba no saber cómo se llamaba o qué tradición sustentaba cuanto observaba, porque lo que sí sabía era que poseía un hondo magnetismo para mi cámara y ése era ya el horizonte de mis fotografías.


Matsuo Bashô fue samurai antes de convertirse en poeta. Quizás esto le proporcionó mejores herramientas para conseguir una revolución en el haiku pues hasta él era considerado sólo como una estrofa cómica. Su fórmula mágica consistió en la contemplación activa de todo cuanto le rodeaba, Y como él, muchos de sus compatriotas parecen olvidar que viven en enormes megalópolis y que el estrés y la competitividad deberían llenar cada minuto de sus vidas. No es así. El ritmo es frenético, pero, sorprendentemente, parecen encontrar espacio para sonreír al desconocido, para cuidar su mente y su alma y para mirar a los ojos de quien se cruza con ellos. 
En esta exposición sigo con mi espíritu de viejo aventurero sin editar las imágenes. Quizás sea un intento romántico de evitar intermediarios entre el objeto fotografiado y los ojos del espectador.

 Ojalá haya sabido extraer algo de la esencia de Kamakura y Tokio para ustedes. 






















































Envejecimiento Activo

Con motivo del Año Europeo 2012 del Envejecimiento Activo realicé esta exposición para Europe Direct (oficina de información europea en Segovia) 
























24 horas en la vida de una mujer en la 

India



No es fácil resumir en 24 fotografías el trabajo que desarrolla una mujer a diario en el subcontinente indio: levantarse temprano, caminar incansablemente hasta el pozo  para llevar el agua necesaria para toda la jornada; buscar leña, lavar la ropa, cuidar del campo y del ganado, atender el puesto de venta en el mercado; preparar la comida, ocuparse de cada uno de los miembros de la familia; rezar. Y, sin duda, también cuidar, acoger y amar siempre con una sonrisa en sus labios.
Manos Unidas lleva más de medio siglo trabajando en la India en proyectos educativos como esta escuela en el slum de Allahabad donde los niños de la calle pueden alfabetizarse en hindi y en inglés. Proyectos sanitarios como el de Mysore que lleva los médicos del hospital a los pueblos más alejados que carecen de atención médica. Proyectos agrícolas, de promoción social y de promoción de la mujer que buscan sembrar esperanza entre los más desfavorecidos del planeta.
Las miradas de estas imágenes desbordan a quien las observa y hacen tambalear muchas de las seguridades que creemos tener. Sin duda el futuro será mejor si colaboramos juntos, como es de justicia, con ellas. 




























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